Antes de lanzarse a la verdadera venta, hay que determinar si el producto va a satisfacer las necesidades del cliente, para esto hay que hacer preguntas y escuchar las respuestas del cliente. Luego debe de juzgar por si mismo el producto, si es apropiado o no. En caso contrario, el cliente respetará más si le dice que no cree que el producto sea adecuado para él, de modo que cuando aborde de nuevo a la persona con algo que de verdad necesite, se mostrará mucho más receptivo.