El estímulo es, en términos generales, un elemento exterior que impulsa el desarrollo de una determinada actividad. En el caso de la economía, puede aplicar tanto en el ámbito macroeconómico como en el entorno privado.
El estímulo es entonces una acción que tiene como propósito generar una reacción. Así, puede tratarse, por ejemplo, al cambio en una variable económica.