Joseph Zinker hace distintas comparaciones del proceso creativo y la creatividad con partes de la vida diaria, comenzando con el estar enamorados. Comenta que es ponernos en contacto con “nuestra dulzura, deseo, intención poderosa y nuestra profunda meditación”. Pero también hace la división del amor de enamorados y el amor del terapeuta, siendo que el segundo es altruista, como un abuelo, generando confianza en la otra persona.
Cabe destacar que comenta que se debe de tomar en cuenta su etapa de desarrollo y las circunstancias vitales específicas de cada persona.