Factores macroeconómicos: se refieren a la inflación, las tasas de empleo, el Producto Interno Bruto, la producción industrial, etc., que es en general el estado en el que se encuentra la economía de un país.
Sistémicos o por acontecimientos políticos: hay crisis que se manifiestan por el daño que llega a producir la inestabilidad de un sistema económico o político, y las grandes compañías que lo sostiene. Asimismo, factores como el Brexit, elecciones para el cambio de un gobierno, la pandemia del COVID-19, pueden cambiar las reglas del juego en el mercado.
Variaciones de los tipos de interés: los Bancos Centrales de cada país deciden subir o bajar los tipos de interés en función de cómo esperan que se conduzca la economía.
Condiciones de mercado: se presentan cuando hay caídas en la demanda o en los precios; o cambios en la tecnología o modelos de negocio que transformen las pautas de consumo. Así, por ejemplo, en un mercado estancado los inversores pueden ser menos propensos a invertir capital, y de esa manera las tasas de interés podrían ser mayores.
De crédito: se refieren a las dificultades para acceder a la financiación ante una restricción del crédito o los requisitos para acceder a éste. También influyen los cambios en los tipos de interés o una subida de las comisiones.