Bailarín, pintor, escultor, diseñador gráfico y coreógrafo, ningún arte parecía escaparse al talento de Oskar Schlemmer. Que durante sus ocho años en la Bauhaus (de 1921 a 1929) estaría al frente de talleres como el de pintura mural, los de escultura en piedra y madera o, temporalmente, del taller de metal.