Aprendizaje de evitación, escape y castigos.
Aprendizaje de evitación
Aprendizaje de escape
Castigos
Es el proceso mediante el cual se adquiere una respuesta que permite acabar con un estímulo aversivo
Es el proceso de aprendizaje que permite permanecer lejos de los
estímulos aversivos
Cuanto más aversivo es un estímulo, más probable es que las personas aprendan a escapar de él
Dado que escapar de un estímulo aversivo hace que finalice ese estímulo, la respuesta de escape
se refuerza negativamente
Para que se produzca el aprendizaje de evitación, el organismo debe recibir algún tipo de estímulo preaversivo
Adopta dos formas: el aprendizaje de evitación activo y el aprendizaje de evitación pasivo
El aprendizaje de evitación activo el organismo debe realizar de manera activa una respuesta determinada para evitar un acontecimiento aversivo
Los organismos aprenden que no realizar una respuesta determinada les permite evitar el estímulo aversivo este tipo de
aprendizaje se denomina aprendizaje de evitación pasivo
Extinción de las respuestas de evitación
Una razón probable para explicar la elevada resistencia ante la extinción de las respuestas de evitación es que cuando un organismo evita una situación previamente adversiva, no tiene la oportunidad de aprender que esa situación ha dejado de serlo
Muchos psicólogos consideran que la mejor manera de eliminar la respuesta de evitación es comenzar por extinguir el miedo que conduce a esta respuesta.
Otra estrategia consiste en impedir que la persona realice la respuesta de evitación.
Cuando un estímulo adversivo solo ocurre después de que el organismo da una respuesta, entonces nos encontramos ante una situación de castigo.
Formas del castigo
Desventajas del castigo
Eficacia del castigo
El castigo I es la forma más habitual; supone la presentación de un estímulo que disminuye la fuerza de la respuesta previa
El castigo II disminuye la fuerza de una respuesta debido a que se elimina un estímulo generalmente de carácter agradable
El castigo suele provocar respuestas emocionales indeseables y puede conducir a conductas
de escape y evitación
El castigo puede provocar agresión.
Puede que no se advierta la relación entre la respuesta y el castigo.
A veces, el castigo provoca un aumento de la conducta que se castiga.
El castigo no ofrece un modelo de conducta correcta.
Una conducta castigada no se elimina, sólo se suprime.
El castigo severo puede llegar a causar daño físico o psicológico.
El castigo resulta especialmente aconsejable cuando la conducta en cuestión puede llegar a dañar a uno mismo o a los demás; en esos casos utilizar el castigo para eliminar rápidamente esa conducta puede ser la opción más humanitaria
En una serie de estudios, R. Vance Hall y sus compañeros (1971) demostraron la rapidez y eficacia con que el castigo puede provocar un cambio de conducta
La aplicación sistemática del castigo eliminó la conducta agresiva de una niña ciega de siete años que se llamaba Andrea
Tres estudiantes de secundaria que asistían a clases de francés
obtuvieron calificaciones más altas simplemente con la amenaza de tener que asistir a tutorías extraescolares si obtenían
Tres estudiantes de secundaria que asistían a clases de francés
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