Los gases ideales con el conjunto de átomos o moléculas que se mueven al azar, no ejercen fuerzas entre sí y ocupan muy poco volumen. Un gas ideal es el que se mantiene a muy baja presión (o baja densidad), a temperatura que no muy baja (para no condensarse), ni muy alta, de tal forma que sus moléculas solamente interactúan mediante colisiones, ya que el volumen molecular es insignificante comparado con el volumen del espacio en el cual se encuentra que lo contiene. En un gas las fuerzas interatómicas son muy débiles, incluso pueden considerarse como inexistentes en una buena aproximación. En un gas no hay separación de equilibrio para los átomos, y por lo tanto, no podemos definir el volumen a una temperatura dada, si se introduce un gas en un recipiente, este se expande de manera uniforme hasta ocupar todo el recipiente, por lo tanto, el gas no tiene ni un volumen ni una presión fija: volumen (el del recipiente que lo contiene), presión (depende del tamaño del recipiente)
Ley de Boyle
Cuando la temperatura es constante, la presión es inversamente proporcional al volumen: P1V1=P2V2
Ley de Charles
Cuando la presión es constante, la temperatura es directamente proporcional al volumen: V1/T1=V2/T2
Ley de Gay-Lussac
Cuando el volumen se mantiene constante, la presión es directamente proporcional a la temperatura: P1/T1=P2/T2
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