La inseguridad repercute negativamente en la vida de miles de personas, de familias, de nuestras comunidades y del país entero: afecta la paz pública, golpea la economía y siembra desconfianza. Esto, a su vez, inhibe la inversión extranjera y nacional, daña la cohesión social, genera resentimiento, miedo, angustia y el deseo de venganza entre los que han sido lastimados en sus escenarios. Actualmente, debido a la alta violencia que vivimos, siete de cada diez mexicanos se sienten inseguros.
la ausencia de un Estado de derecho, el incremento de la pobreza y de la desigualdad social, son situaciones que abonan para una mayor delincuencia organizada, el desempleo y el subempleo también contribuyen a la inseguridad y a la violencia.
La mejor estrategia para reducir la violencia social es fortalecer la familia y eliminar la violencia entre sus miembros. Esto con el fin de que no se deban de lidiar con problemas de violencia y delincuencia en un futuro, "reparar el problema antes de que se genere"