Jesús profetiza la palabra de Dios aldea tras aldea, sus palabras están dirigidas sobre todos a los pobres, hambrientos, afligidos, oprimidos, no habla de las nuevas normas y leyes morales, habla del reino de Dios de una vida más dichosa para todos que daba esperanza, pero el reino de Dios no viene , porque ya está entre nosotros y está dentro de nosotros estas palabras de la buena noticia del reino de Dios profetizadas por Jesús se mantienen vivas, porque se mantiene esos tiempos hasta los actuales, porque vivimos un mundo igual que en esta época, donde existe el mal y Dios es el antimal que busca “destruir” todo lo que hace daño al ser humano que consiste en liberar a todos de aquello que impide vivir de manera digna y dichosa. el reino de Dios como una realidad que exige la restauración de la justicia social. Pero esta en nosotros esa liberación a través de nuestra conversión del entendimiento que va mas allá y trasciende en nuestro existir, que nos permite comprender la verdadera dimensión de la vida y tener una vida del reino de Dios, que Jesús vino, murió y resucito para darnos la esperanza y fe de un mundo mejor.