“la foto es una representación, un corte, una delimitación, una puesta en escena, una apuesta por la opinión propia, una mirada parcial, una rebanada escogida; no es, nunca, la verdad ni la realidad, aunque pudiera parecerlas, aunque pudiera, equívocamente, parecerse a ellas; (… [el fotógrafo] juega siempre con nosotros, juega con nuestra atenta mirada ajena; juega con nuestros sentimientos difusos; juega con nuestras experiencias previas; juega con nuestra concordancia, o discordancia, con la obra fotográfica visionada; juega con nuestra cultura inculcada y asimilada, sólida, fluida o frágil, al respecto de la lectura realizada; juega con la propia facilidad o dificultad en dicha lectura; juega con nuestra razón dialógica, comunicándonos algunas ideas o rompiendo mensajes intachables; juega con nuestra capacidad, o discapacidad, crítica; juega, siempre, con nosotros al ratón sagaz y a los gatos artrósicos, siempre acariciando nuestras distantes y lejanas pupilas, siempre perplejas ante su mirada previa.” Fernando Portillo Guzmán