La orientación magnética de la Tierra cambia paulatinamente, y aún no se logra identificar una razón concreta por lo que esto sucede. La Tierra, al tener sus polos, tiene un efecto magnético sobre todos los elementos ferromagnéticos que se encuentren en ella, haciendo que se orienten de la misma manera que están orientados los polos.
En el caso de la teoría de la Deriva continental, se encontraron rocas con una distinta orientación magnética remanente del pasado, lo que permitió identificar la ubicación de los continentes en esa época.