Cambios continuos de peso, erosiones dentales, perdida del esmalte, caries, lesiones orofaringeas, aftas, vómitos con sangre, dolor y dificultad al tragar, dolor abdominal, exceso de gases, cambios del transito intestinal, ojos rojos, distrofia de las uñas, callosidades, cicatrices o contusiones de las articulaciones en las manos causadas por repetidas provocaciones de vomito con los dedos.