Las células receptoras del sentido del gusto se
alojan en los cerca de 10 000 botones gustativos,
la mayor parte de los cuales se encuentran en la punta, los lados y la parte posterior de la lengua Los botones gustativos se encuentran incrustados en las papilas de la lengua, protuberancias que podrá apreciar si ve su lengua en el espejo. Cuando comemos algo las sustancias químicas de la comida se disuelven en la saliva y se introducen en las grietas entre las papilas, donde entran en contacto con los botones gustativos. A su vez, estos liberan un neurotransmisor que hace disparar a las neuronas adyacentes, enviando un impulso nervioso al lóbulo parietal y al sistema límbico.