Consiste en la planificación, dirección, organización y control de los procesos productivos de la empresa con el fin de crear valor. De esta forma, a través de esta actividad de dirección, el departamento de producción decide qué fabrica, cuánto, cómo o dónde. Todo ello con el objetivo de ser eficientes. Esta labor se puede observar en empresas que venden productos tangibles, como un coche. Sin embargo, es más difícil de encuadrar si se dedica a prestar un servicio, por ejemplo, una asesoría.
Primero porque esta actividad es la clave de cualquier empresa. Incluso si prestamos un servicio conviene tener procesos claros y eficientes. Por tanto, el director de operaciones es uno de los puestos más demandados.
La producción es la actividad principal y aquella donde se pueden generar grandes perdidas. Una gestión eficiente puede suponer la diferencia entre ganar dinero o perderlo. Por tanto, es importante para la supervivencia de la empresa.
Está muy relacionada con el resto de direcciones. Con la financiera porque precisa de inversiones. Con la de recursos humanos, porque necesita personal para los procesos productivos. Con compras para los suministros y con ventas para saber qué producir. Por este motivo, la administración de operaciones es imprescindible.