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ÉPOCA MODERNA (IDEALISMO) IDEALISMO - Coggle Diagram
ÉPOCA MODERNA (IDEALISMO)
Corriente más importante, está en conexión con la conciencia histórica en cuanto que reduce en cierta manera la naturaleza y la humanidad a la historia.
El idealismo es contrarrestado por el Materialismo de Marx en su crítica al sistema económico y cultural en el ámbito de las condiciones básicas del trabajo y de la propiedad.
Afirma que para comprender la realidad no alcanza con el objeto en sí que es percibido por los sentidos sino que es necesario tener en cuenta las ideas, los sujetos pensantes y el propio pensamiento.
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No se conforma con lo que en apariencia perciben los sentidos sino que está ligado a una realidad superior de la consciencia del ser.
La razón no se identifica con lo finito o material sino que alcanza lo infinito, como puede ser la concepción de la existencia de Dios
FRIEDRICH HEGEL
Escribió fenomenología del espíritu
En “Filosofía del espíritu”, el espíritu es la verdad del alma y de la conciencia, la humanidad le preocupa en conjunto, en universal. El espíritu es el espíritu humano, del cual es evidente que todos participamos, pero que proviene y se va moviendo a lo largo de la historia.
Los sujetos del despliegue de ese espíritu a lo largo de los siglos son los pueblos. Cada uno va aportando aspectos a ese espíritu universal.
A lo largo de la historia universal, el espíritu va realizándose a sí mismo, a través de todos los avances y retrocesos, a través de los diferentes pueblos y personalidades.
En esta autorrealización el espíritu va comprendiéndose como absolutamente libre, el sentido de la historia universal, el progreso dialéctico (afirmaciones, negaciones y búsqueda de una síntesis que supere lo afirmado y lo negado. Es el método para llegar a la verdad a través de dos verdades) de esta libertad.
Para Hegel, el conocimiento es el rayo del absoluto que nos toca. El absoluto debe ser pensado como sujeto, se piensa a sí mismo en nuestro pensar. El absoluto está en nosotros. Lo infinito no se opone a lo finito como si fueran cosas distintas, lo finito pertenece a lo infinito y éste se expresa en aquél.
El hombre y cada cosa finita es un modo de ser de lo infinito. El absoluto está en nosotros, se piensa a sí mismo en nuestro pensar. El ser indeterminado y vago, es la nada. La síntesis de ser y nada es el acontecer, es un pasar de ser a no ser, o de no ser a ser.
Toda afirmación que efectuemos implica su negación. Si Dios es la representación imaginaria del absoluto, entonces Dios no es, la suma de las perfecciones, sino la síntesis de las contradicciones.
Cuando estamos instaladas en un conocimiento y creemos haber llegado a un saber, algo nos despierta de ese conocimiento y nos lanza a buscar un nuevo camino. La realidad es cambiante y está hecha de oposiciones.
Ejemplo: Estando en su habitación, imagina una cosa que sea verdadera sin lugar a dudas, por ejemplo, que ahora es de día. Entonces dice Hegel, usted lo escribe en un papel porque nada pierde. Deja pasar siete, ocho horas, esa verdad irrefutable se ha convertido en falsa y no quiere decir que antes no fuera verdad.
KARL MARX
Los pueblos y las sociedades se desarrollan en función de mecanismos materiales. El mundo en que vivimos está basado en condiciones materiales, normalmente ponemos por encima de la realidad a los ideales, las grandes palabras, las virtudes, la justicia, los más elevados sentimientos, y nonos damos cuenta de que son las condiciones materiales las que determinan realmente nuestras sociedades.
Los seres humanos nos desarrollamos de acuerdo con nuestras posibilidades tecnológicas, y también en función de las desigualdades económicas. Las condiciones materiales, son las que determinan nuestras ideologías y las impresiones que tenemos del mundo.
La naturaleza de los hombres depende de condiciones materiales. Las instituciones e ideologías mediante las cuales los hombres regulan sus relaciones, se comprenden a sí mismos y entienden el mundo en el que viven está condicionada por la base económica de la sociedad. Los hombres sólo podrán realizarse plenamente en una sociedad libre y racional.
La riqueza es producida por el trabajo humano. Lo que origina la ganancia capitalista no es otra cosa que la explotación de los obreros. Esta explotación se produce siempre, sin importar que los sueldos sean más altos o más bajos.
Marx se centra en un tema económico. Piensa que los seres humanos estamos obligados a trabajar para reproducir nuestras sociedades, para obtener nuestros alimentos, cobijo, la protección que necesitamos y, para desarrollar nuestra vida en común.
Descubre relaciones sociales. La fuerza de trabajo como una mercancía entre otras, puede ser comprada y vendida en el mercado, consiste precisamente la explotación capitalista. El asalariado recibe a cambio una cantidad de dinero igual al coste de su subsistencia y de otras necesidades, que pueden varias históricamente. El propietario de los medios de producción paga esa suma y adquiere el derecho de utilizar la fuerza de trabajo del obrero, apropiándose del excedente del valor creado.
La jerarquía que da el hecho de que unos posean y los otros tengan que trabajar para los que poseen y para sus subsistencias. Esas condiciones materiales surgen de lo que comemos y necesitamos en general para sobrevivir, así como de lo que producimos tecnológicamente.
Marx denunció la naturaleza cedida del trabajo bajo el capitalismo, contratándola con la idea de una sociedad posible en la que los hombres pudieran desarrollarse libremente en un marco de producción cooperativa. En la medida que se suprima la explotación del hombre por el hombre, se suprimirá la explotación de una nación por otra nación.
La mayoría de nosotros no somos verdaderamente dueños de lo que hacemos y de nuestro trabajo. Hay una distribución socialmente injusta, un mundo de poseedores del capital que facilitan y aportan el dinero para la producción, para la maquinaria, en la que van a trabajar el resto de los miembros de la comunidad. Los poseedores del capital obtienen ese producto, pero además una parte excedente de lo que producen esos trabajadores, una plusvalía, que en lugar de ir a los trabajadores mismos va a los dueños de los medios de producción.
El dueño del capital obtiene lo que ha invertido en el trabajo por costear el trabajo de los demás, pero también una plusvalía, una renta excedente que le permite ir acumulando cada vez más mientras que los trabajadores nunca llegan a ser dueños plenamente de lo que están haciendo.
El capitalismo puede ser definido como un sistema en el que el único objeto de la producción es aumentar sin límite tal acumulación de capital.
FRIEDRICH NIETZSCHE
Considera que sí hay sufrimiento, pero también hay alegría. El yo es una ilusión y entonces adopta un punto de vista descentrado para contemplar el juego que eternamente fluye de las fuerzas que componen la voluntad de poder.
Para Nietzsche, la voluntad de poder debe ser pensada, como una multiplicidad de puntuaciones dinámicas que constituyen todo. Representa el enigma de las pulsiones (energía) y expresa una afirmación radical de la vida, la misma que, pese a todo, aparece en la figura del superhombre y en la doctrina del eterno retorno. Ese hombre es algo más hombre.
Filosofía del martillo: Tenía como objetivo, en cambio, proponer nuevas verdades. Para afirmar es necesario asumir un momento constructivo.
El descubrimiento de la muerte de Dios, nos pone frente al fenómeno del nihilismo (negación de toda creencia). Esa muerte de Dios es también la más asombrosa posibilidad de crear, más allá de todo límite, en la apertura de un horizonte infinito.
Dios ha muerto. Los hombres (que son los que han matado a Dios) no se han dado cuenta y en el fondo, no quieren darse cuenta, porque esa muerte de Dios ha quitado todo sentido a lo que hasta ahora era importante. Ha muerto el Dios del sentido del universo, el Dios de una verdad única, el Dios que sostenía y justificaba la tranquilidad intelectual de los seres humanos, la ciencia, el conocimiento. Aunque el individuo no fuera religioso, toda su existencia se basa en una especie de gran idea del sentido de verdad, de coherencia, que era lo que llamaba divinidad.
Sostiene que si Dios no existe la vida carece de sentido, es algo vacío, una broma de mal gusto.
En el mundo solo hay interpretaciones, porque la verdad es algo que viene desde la perspectiva que cada cual utiliza y que nuestro ángulo de perspectiva y nuestra capacidad de sostenerlo es lo que va a convertir en verdad una capacidad u otra. No hay verdades absolutas, intemporales, ni hechos en sí, sino interpretaciones, o mejor, perspectivas. Toda verdad acontece en una perspectiva determinada, todo hecho es interpretado de un modo u otro. No es posible pensar una verdad sin asociarle una perspectiva, ni un hecho sin encuadrarlo en una interpretación.
Su pensamiento intenta desenmascarar una trama que han ido inventando los débiles como legitimación de su resentimiento contra los fuertes. Los enfermos y los incapaces han generado un pensamiento segregador diciendo que los que los triunfan, los más fuertes, arrogantes y brillantes, son malos: una especie de satanes.
Apunta a que las razones del altruismo no son altruistas: el altruismo es posible, pero siempre desde un egoísmo u otro. El razonamiento moral puede ser intrínsecamente distinto del razonamiento estratégico.
En las puertas del siglo XX lo que la sostenía se ha hundido y ahora cada ser humano va a tener que sostener por sí mismo el sentido del mundo, del discurso. Vamos a tener que sostener por nosotros mismos. De ahí la importancia de alcanzar esa madurez superior intelectual que él llamo equivocadamente “superhombre”.