PERSONAJE.- Octavio, el hijo adoptivo de César, siempre tuvo entre sus pensamientos la venganza, primero sobre los que asesinaron a su padre y después hacia Marco Antonio y Cleopatra VII de Egipto. Tras enfrentarse a Marco Antonio y salir victorioso, Octavio regresó a Roma como un verdadero héroe triunfante.
En el año 29 d.C. cerró el templo del dios Jano, llevando la paz a imperio tras duros años de batallas y conquistas. Todo el pueblo se rindió a su valor e incluso el propio Senado quienes le otorgaron títulos como Imperator, Gran Pontífice, Príncipe del Senado, Persona Grata y como añadidura Cesar, en honor a su padre adoptivo, César.