Etapa del proceso creativo en la que no pensamos directa y voluntariamente en el problema o reto creativo al que nos enfrentamos. La desconexión respecto del problema, alejándonos de él durante un tiempo variable (horas, semanas, meses o incluso años), puede producir las circunstancias y estímulos necesarios para que logremos concebir la idea o solución, hasta ese momento inaccesible a nivel consciente, al problema que tratamos de resolver.