La sensación que proviene de los órganos de los sentidos produce la percepción. En realidad, el cerebro recibe un conjunto de señales eléctricas que son traducidas por nuestro código interno de representaciones, el cual se encarga de dar significado a la realidad que percibimos. El cerebro realiza el proceso por medio de programas de interpretación. Lo que percibimos no es solo el resultado del órgano sensorial, sino también una combinación de lo que llega a el (vista, oído, olfato, etc.). Por tanto tenemos dos formas de representar el mundo. La primera es la representación que hacemos por medio de nuestros cinco sentidos, la otra forma es lo que representamos internamente, sin necesidad de encontrarnos en el mundo físico o representación interna. Esto significa que, mentalmente, podemos representar lo que alguna vez experimentamos y podemos crear representaciones en nuestra mente reciclando datos de alguna manera diferente. Para ampliar nuestra percepción de la realidad debemos partir de dos principios:
:check: Reconocer que experimentamos esa realidad a partir de nosotros mismos y que su existencia es independiente de nuestra interpretación. Tenemos que aceptar que nuestra visión del mundo no es el mundo.
:check: Reconocer que apreciamos la realidad por medio de nuestra propia experiencia, porque lo que esta afuera no existe para nosotros hasta que lo experimentamos. Es imposible tener experiencia de alguna cosa antes de experimentarla.