El mercurio llega a los cuerpos de agua procedente de la atmósfera (arrastrado por la lluvia), o a través de los ríos contaminados. Una vez depositado en el agua, algunos microorganismos pueden convertirlo en metilmercurio, una forma altamente tóxica que se acumula en peces y mariscos.
Algunas de las especies de peces que han concentrado especial atención en cuanto a la contaminación por mercurio son: caballa, trucha de lago, marlín, lucio, tiburón, pez espada, blanquillo y atún.