La causa principal fue la negativa del Gobierno a la celebración de un banquete político al partido de oposición. Los burgueses y obreros franceses formaron barricadas contra la autoridad y consiguieron que Felipe de Orleans abdicara y proclamando la República (sufragio universal). Luego acabaron por adquirir respeto las fuerzas conservadores, es decir, los burgueses, y el resto quedó al margen, lo que creó desconfianza entre ambas clases. Más tarde se proclamó emperador el sobrino de Napoleón pero, aún así, el sufragio universal y las constituciones seguían respetándose.