Se extendió en el hoy territorio de Irán y, a lo largo de su esplendor ocupó los ahora territorios de Irak, parte de Egipto, Afganistán, Pakistán, Armenia, Jordán, Turkmenistán, Omán, Turquía, Siria, el Líbano y Yemen entre ciertos otros.
La caída de los ellos se dió de la mano de Alejandro Magno, el emperador griego que conquistó a este imperio en el 350 a.C.
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