¿qué?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿qué desconocemos?, ¿cómo se ha llegado a cierta conclusión?, ¿cuándo comenzó a presentarse algún fenómeno social?, ¿dónde se presenta con más frecuencia?, ¿quién interviene para que se transforme o para que se mantenga sin cambios? etc...
Tras plantear una pregunta adecuada, se debe esbozar una posible respuesta, o sea, la hipótesis. Esta solo es tentativa y debe servir de guía para decidir la mejor forma de abordar el problema a tratar, por lo tanto, mientras mayor relación guarde la hipótesis con la pregunta planteada, más preciso será el objeto de estudio
El objeto de estudio es mucho más que un tema de interés. Además, la formulación de una pregunta no debe seguir una extensión específica, sin contar que no es necesario delimitarse a una sola
Es necesario conocer el contexto, delimitando la investigación en el tiempo y espacio
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