Responder adecuadamente al crecimiento de la demanda alimentaria y a los cambios en los patrones de consumo no es tarea fácil en un contexto de abandono de la agricultura sumado a la desaparición de explotaciones del modelo social de agricultura comunitaria. Es un gran reto a futuro que amerita reflexionar no sólo sobre el modelo agrario, sino también sobre el modelo económico productivo del país. Sus resultados no se podrán visualizar en el corto plazo, sino en el mediano y largo plazo, pues se trata de invertir, de sembrar para el futuro. Para que las políticas agropecuarias generen las transformaciones antes citadas, es necesario imprimir una visión a la política agropecuaria centrada en reducir la pobreza rural y reposicionar a los pequeños y medianos productores, la diversidad cultural, las diferencias de género, la sostenibilidad ambiental, la organización de los productores, la calidad de sus productos y la articulación de actores en territorio. Como conclusión final diremos que se deben brindar al agro la importancia que se merece pues ya esta mas que demostrado que en cualquier situación que se encuentre el país, el agro no descansa siempre está produciendo así que debemos aprovechar esta gran ventaja.