Para enfrentar el mundo cambiante de los negocios, la organización tiene que desarrollar la capacidad de migrar y transformarse, crear y consolidar nuevas habilidades y actitudes, e innovar incesantemente. Los continuos y drásticos cambios del entorno de los negocios exigen una continua administración del cambio dentro de la empresa, es decir, modificaciones radicales y constantes en las estructuras internas de la empresa, en los comportamientos de sus miembros, en los procesos internos, en los sistemas y las tecnologías utilizados, en los productos y los servicios.