Los planes de estudio de las escuelas y facultades del interior del país siguieron un proceso muy parecido al que presentó la UNAM. En general, iniciaron con cátedras en las facultades de Filosofía correspondientes y en el nivel medio superior. Posteriormente, se creó la carrera de Psicología, en algunos casos dependiente de la facultades de Humanidades o Filosofía, y en otros de las de Medicina, pero en todos ellos el tipo y contenido de materias se vio influido por la composición de la planta docente: médicos, antropólogos, sociólogos y filósofos, los que predominaban respecto a los psicólogos.