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La depresión y el suicidio, Enfermedad pérdida y congoja, Bibliografía: …
La depresión y el suicidio
La depresión puede afectar gravemente la salud mental de una persona, conllevando al suicidio.
Lo que el pastor debe saber de la depresión:
Síntomas de la depresión
Perdida del apetito y con ello una baja de peso, sin embargo, algunos comen mucho y suben de peso).
Cambio de hábitos para dormir de forma radical (Unos duermen mucho, pero no descansan bien y otros sufren de insomnio).
Sentimientos de culpa e indignidad; se siente culpables y se cuestionan ellos mismos, o a los demás.
Se descuidan y nada les interesa.
-Pierden el afecto por sus familiares y se aíslan de los demás.
Tristeza recóndita y constante.
Se sienten incapaces para buscar una solución a sus problemas.
Presenta malestares físicos (mareos, dificultad cardiaca o respiratoria, presión en el pecho, acides y estreñimiento). Este tipo de personas requieren ayuda profesional y tratamiento médico.
Causas de la depresión
La perdida de un ser querido, en particular si es la pareja sentimental (es más fuerte a mayor edad), esto puede terminar con la muerte de la persona.
Como consecuencia de una enfermedad extensa.
Por el agotamiento físico o emocional.
Por la terminación de una relación amorosa.
Por el rechazo de personas que son estimadas o la separación matrimonial.
Por predisposición genética.
Por enfermedades o situaciones de cambios químicos como: las mujeres después de dar a la luz, o al llegar el tiempo de la menopausia, o por la anemia, etc.
La ofensa puede desencadenar en depresión.
Consejería a las personas deprimidas
No tratar de animar a una persona que esta deprimida.
No criticar a la persona por encontrarse deprimido, requiere de comprensión.
Escuchar con empatía, mas no compadecerse de él.
Enseñar a la persona lo que sucede y lo que él está haciendo.
Es importante que sepa por que elementos esta en medio de la depresión.
Ayudar a plantear una solución y ponerla en práctica.
De ser necesario dar consejería a los familiares de la persona deprimida.
Cómo ayudo Dios a Elías en su desánimo:
Lo proveyó todo para sus necesidades físicas (alimento y descanso).
Le hizo ver la realidad de su problema, lo que hizo desaparecer sus pensamientos dañinos.
Dios hizo que dejara de verse a sí mismo y se ocupara en otra actividad.
Le enseño que Dios es quien tiene el control de todo.
Algunos consejos del pastor:
Hablarse a si mismo de forma positiva.
Comprender que sus sentimientos dependen de cómo se comporte.
Realizar una lista de alternativas para salir de la depresión.
Buscar establecer una relación con nuevas personas.
El minucioso debe entender que todos comentemos errores.
No mirarse a sí mismo para hacer exámenes de conciencia.
No utilizar la depresión para tratar de manejar a otras personas.
Corregir la percepción que se tiene de sí mismo.
Orar todos los días y llenar su mene con la Palabra de Dios.
En algunos casos es necesario el tratamiento medico o atención de personal especializado.
El suicidio
Algunas personas no encuentran salida a sus problemas, y la única solución que ven es atentar contra su vida.
Las personas mayores de 45 y son profesionales, tienen mayor probabilidad de intento de suicidio, que los de menor edad y clase social baja.
Los divorciados llegan aislarse de la sociedad, los viudos y los solteros padecen de soledad. Un gran numero de suicidios suceden como consecuencia de la muerte del ser amado.
Otro grupo grande (35%) de los suicidios sobrevienen por trastornos emocionales.
No siempre se tiene la intensión de suicidarse, puede que la intensión solo se asustar a alguien.
Ocho de cada diez personas que intenta el suicidio, lo comentan antes de hacerlo.
El suicidio trae consecuencias en los familiares o amigos de la victima.
Consejería a los individuos que tienen impulsos suicidas
Se requiere comprensión y una actitud positiva de parte de las personas cercanas, por esto se debe:
Escuchar atentamente a la persona y dejar que se desahogue.
El consejero puede ayudar para que la persona hable con sinceridad.
No se recomienda interrumpir a la persona hasta que termine de hablar, aun cuando lo que diga no sea del agrado del consejero.
De ser necesario, se debe preguntar si ha pensado en el suicidio.
Luego de esto es hora de dar un consejo y ayudar a encontrar una solución al problema.
No criticar a la persona, porque esto lo alejara de a consejería.
Hacer que la persona entienda y recuerde que es importante para otras personas.
Ayudarlo a confiar en las promesas divinas y orar con la persona.
Si la situación es muy delicada, es mejor remitir con un especialista.
Es importante que la persona cuenta con la compañía de la de la familia y del consejero.
SI una persona se quita la vida, es necesario hablar con la familia para evitar que se culpen por el suceso.
La familia necesita del apoyo de la iglesia y los creyentes.
Enfermedad pérdida y congoja
Es una gran oportunidad para ministrar sanidad a una persona enferma, pero el pastor debe actuar con sabiduría
Consejería a los enfermos
Los ancianos y los pastores deben orar por los enfermos.
Es la voluntad de Dios sanar a los enfermos, el toque curador del Señor no ha perdido su poder.
El pastor debe visitar a los enfermos para orar por ellos, para consolarlos, animarlos y fortalecer su fe en Cristo Jesús, el medico de médicos.
Si el enfermo esta en su casa, es necesario que se anuncie a la familia.
Buscar que a la hora de la visita se tenga el espacio para dialogar en privado con el enfermo.
El tiempo de la visita deber ser de 10 a15 minutos.
Dar el espacio para que el paciente se exprese con libertad.
Ubicar un lugar donde el paciente no deba girar su cabeza, para ver al pastor.
No es de competencia del pastor el tratamiento médico.
Se requiere la comprensión y el apoyo del pastor.
No se debe generalizar con las personas enfermas.
No se debe hacer lecturas muy extensas de la Palabra de Dios.
Visitar a los enfermos antes de la cirugía, orar con ellos y ponerlos en manos del médico divino.
Luego de la cirugía se debe visitar al enfermo y orar con él, leer la Palabra de Dios, como el salmo 23 (algo corto).
Orar con las personas afectadas y dar el espacio para que se desahoguen, quitarlas para tomar decisiones prácticas.
El trato con un niño debe ser diferente, se deber ser sincero, no mentirle.
El pastor debe ganar la confianza del niño, indicarle que no van a olvidarlo, que todo estará bien, que Jesús está a su lado para ayudarlo.
Es aconsejable que los padres ayuden a que el niño pueda controlar sus temores, si ellos están tranquilos, el niño también lo hará.
Orientación a los desahuciados
Algunas personas desahuciadas pasan por estas cinco etapas:
La negación de la realidad y el aislamiento, es cuando la persona no acepta lo que esta sucediendo.
El enojo: la persona se hace pregunta como ¿del porque a mí?.
Regateo: se trata de que la persona suplica para que Dios le conceda un tiempo más de vida o algo alivio para su dolor.
Depresión: la persona llega a este estado por la no recuperación de su enfermedad.
Aceptación: el enfermo se resigna o acepta su condición para morir.
Perdida y congoja
La congoja proviene de la perdida de algo o de algo, con lo que se identifica una persona y que es definitivo.
Tres de cada cuatro viudas experimentan por la perdida de su pareja la aflicción:
1- Es necesario que la persona enfrente la aflicción, la cual se puede expresar de dos formas:
Llorar: un creyente llora, pero basado en la esperanza de la resurrección.
Hablar: al expresar sus sentimientos la persona se libera de gran parte de su amargura y esto alivias sus heridas, por eso pastor debe estar presto para escuchar cortésmente al enlutado.
2- Etapas de la aflicción y la orientación pastoral: el doliente puede pasar por un tiempo de congoja (dura de 3 meses a 1 año), y este se divide en tres etapas:
La fase de la crisis: inicia con la notificación del fallecimiento y va hasta el sepelio, por lo cual el pastor debe realizar el acompañamiento de inmediato.
La fase crucial (dura tres o mas meses), la persona debe disminuir y arrancar los lazos emocionales con la persona que falleció (pasado y presente), el consejero debe tener la disposición de pasar tiempo con los afligidos y ayudarlos a que puedan expresar sus sentimientos.
La fase de adaptación: el afligido debe entender que debe continuar su vida a pesar del suceso, ocupar su tiempo con otras personas y en diferentes actividades, como un empleo. En el caso de los niños se les debe hablar con franqueza.
Bibliografía:
Hoff, P., (1981). El Pastor como consejero, Miami, Florida: