La opinión comercial común es que el software como producto digital se puede comercializar en el mercado masivo con mayor éxito como producto propietario, es decir, cuando se puede evitar compartir y copiar de forma gratuita a los usuarios ("piratería de software"). El control sobre esto puede lograrse mediante derechos de autor que, junto con la ley de contratos, las patentes de software y los secretos comerciales, proporcionan una base legal para el propietario del software, el titular de la propiedad intelectual (PI) (IP en inglés), para establecer derechos exclusivos sobre la distribución y, por lo tanto, la comercialización.