El problema radica en el momento que un sujeto usa la creatividad y autonomía para hallar y explorar el saber porque comienza a ser tildado como una persona con problemas, hiperactiva o incluso rebelde, el desarrollo del saber se merma a tal punto de cohibir y no dejar fluir a cada ser humano. Pero, ¿y si no se cohibiera esa creatividad? Tendríamos más desarrollos tecnológicos, más innovación, aunque no lo sabemos con exactitud por el sistema educativo en el que vivimos. Las materias que se imparten en las escuelas muchas veces no son las mejores para orientar al ser humano, y es ahí donde viene la típica frase de “en algún momento de la vida lo va a utilizar”.
Lo mismo sucede con las universidades, aunque hablamos de una carrera que es elegida por gusto o convicción se encuentran las famosas materias de “relleno”, hace pocos días en las noticias hablaron de la posibilidad de quitar estas materias de relleno guiándose del modelo europeo que ya ha implementado esta estrategia para que carreras de 4 años se reduzcan a tres y los estudiantes tengan más tiempo de hacer especializaciones y doctorados en el campo a una edad más corta. Aún así, con estas estrategias, se considera que la administración del saber sigue limitada y sometida a una falsa democracia e institucionalidad que no permite la liberación del conocimiento.