En el año 1137, la boda de Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, y Petronila, la jovencísima reina aragonesa, significó la unión de los condados catalanes a Aragón. A pesar de que cada territorio mantuvo sus propias leyes e instituciones, Ramón Berenguer IV aportó un amplio patrimonio en el Midi. Él y su hijo Alfonso II prosiguieron la expansión de la Corona de Aragón hacia el sur.