Las nuevas tecnologías están impactando de diversas maneras en el comercio internacional, abaratando todo tipo de costes, como los de transporte y logística mediante el seguimiento y optimización del uso de vehículos, contenedores y rutas; los costes de información, haciendo entre otras cosas irrelevantes las barreras idiomáticas; los de trámites en frontera, a través de servicios telemáticos que garantizan la transparencia, el cumplimiento y acortan los tiempos; los de pagos, o los de investigación de mercado.