Las larvas sobreviven en suelo húmedo durante varias
semanas, pasando por la piel, a través del torrente sanguíneo y de los vasos linfáticos llega a otros órganos como el corazón o los pulmones, por el árbol bronquial, la tráquea y la laringe, pasa a la epiglotis, donde es deglutida y en el intestino delgado madura.