Los Estados ya no tienen un monopolio de la fuerza, como demuestra el crecimiento del terrorismo trasnacional y los sucesos del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.10 Por primera vez en la historia, aquello que más hizo por dotar a los modernos Estados nación de un objetivo y un propósito, esto es, la seguridad nacional, y que ha estado en el corazón mismo de la moderna estabilidad, ahora sólo puede lograrse de forma efectiva si los Estados-nación se unen y agrupan recursos, tecnología, inteligencia, poder y autoridad.