El pensamiento argumentativo no va en busca de verdades absolutas, busca las mejores razones para convencer sobre el valor de una opinión. Es entonces nuestra forma de razonar cuando son posibles interpretaciones diversas sobre acciones, decisiones y realidades humanas, cuando se pueden y se suelen presentar desacuerdos, en una palabra, cuando hacemos juicios basados en la defensa de valores y no de verdades incontrovertibles. Este tipo de razonamientoestá entonces presente en todas las ciencias humanas y, en general, en nuestro empleo cotidiano del lenguaje.