La placenta actúa como barrera inmunológica activa en el sentido que permite que dos organismos antigénicamente diferentes se toleren el uno al otro, por eso el embarazo es un desafío inmunológico único donde el útero, órgano altamente especializado y la producción de hormonas tales como la progesterona, el estriol, el Cortisol, la gonadotropina coriónica, la somatotropina, la PGE2 y las citoquinas como IL-4 e IL-10 (respuesta Th2) que aumenta durante el embarazo, disminuyen la inmunidad celular (respuesta Thl) en la interfase materno fetal,