Invento británico que debemos al ingeniero William Murdoch, para su funcionamiento empleaba un combustible gaseoso como el hidrógeno, el propano, el metano, el acetileno o el etileno, empezaba a recoger los gases deprendidos de la combustión y descubrió que eran altamente inflamables, además eran fácilmente transportables y se podían apagar y encender rápidamente. En 1792 usó este tipo de alumbrado para iluminar su propia casa en Redruth, Inglaterra. Se volvió el medio más popular de iluminación en las ciudades y barrios desde principios de los años 1800, benefició la actividad económica comercial, el proceso de urbanización de la villa, se incrementó la seguridad, la sociabilidad de sus habitantes y floreció la vida cultural.