Al margen del "tú" humano, del único lugar donde se puede experimentar la trascendencia, no existe ningún acceso posible a aquella realidad que llamamos Dios. Fuera del "tú" humano sólo se podría postular un "ser supremo", incapaz de manifestarse en un mundo personal. O se podria recurrir a un acceso directo a Dios, a alguna forma de intuicionismo o innatismo, etc. O, como tercera posibilidad, podríamos negar la personalidad humana del hombre y concebirlo como un ser totalmente inmanente a la naturaleza, sin verdadera apertura hacia el ser y la trascendencia.