Pese a su pasado anticolonialista, Estados Unidos inició numerosas intervenciones militares en defensa de sus intereses económicos y estratégicos. Así, se anexionó las Islas Hawái, Filipinas, Puerto Rico, varios archipiélagos del Pacífico, el canal de Panamá y Cuba hasta 1902, año en el que abandonó la isla, pero se reservó el derecho de intervenir militarmente cuando estimara oportuno.