Primero, hemos de ubicarnos en el mapa, a nosotros y a toda nuestra competencia.
Segundo, hemos de comprobar que no estamos en un un cuadrante malo, un lugar incoherente o mediocre.
Tercero, debemos huir de los espacios que ya están muy saturados de competencia.
Cuarto, hemos de detectar los espacios desocupados y analizar si podrían ser un buen lugar donde ubicarnos, ya que un espacio desocupado es un “nicho de mercado” donde no hay competencia.
Quinto, hemos de decidir donde queremos estar en el futuro para diferenciarnos de la competencia y para, a partir de ahí, desarrollar coherentes políticas de marketing mix (producto, precio, comunicación y distribución)