El Manierismo surge en el siglo XVI, en Italia como contraposición al equilibrio, el orden y la armonía renacentista. Puente entre el Renacimiento y el Barroco, es considerado, hoy en día como un “arte de crisis” (religiosa, económica, social, bélica ..., racionalista). No nos interesan las tendencias decorativas, intelectuales y cortesanas. La tendencia más oportuna en nuestro caso será la que cultiven pintores como Tintoretto (1518-1594) y El Greco (1541-1614) imbuida de una religiosidad atormentada y trascendental que afectará a la expresividad formal de sus obras. La actitud interior, ante la existencia, de estos artistas estaría también próxima a esa “condición” expresionista a la que hemos aludido en capítulos anteriores.