Esta actitud generó un fenómeno que, en sí mismo, incrementó enormemente las posibilidades de un conflicto generalizado: el alineamiento de las grandes potencias europeas en dos alianzas militares hostiles, la Triple Alianza, formada por Alemania, Austria-Hungría e Italia, y la Triple Entente, integrada por Gran Bretaña, Francia y Rusia.
Los propios cambios que se produjeron en el seno de estas asociaciones contribuyeron a crear una atmósfera de crisis latente, por la cual el periodo fue denominado 'Paz Armada'.