El principio, o instinto, de la muerte abarcaba todo lo opuesto a E ros: la, agresión frailea, la hostilidad, los ataques, los empeños por destruir, desunir, fragmentar y desintegrar, la decadencia y disolución de los organismos y de las relaciones interpersonales, todas las urgencias de perder la individualidad y mezclarse con la naturaleza.