Tras la muerte del monarca en 1035, el reino se fragmentó entre sus hijos:
Su primogénito, García Sánchez, heredó Navarra (1035-1054).
Fernando I (1035-1065) recibió el condado de Castilla que convirtió en reino independiente y ocupó también León.
Ramiro I (1035-1063) se convirtió en rey de Aragón.
Los condados de Sobrarbe y Ribagorza recayeron en su hijo Gonzalo (1035-1045).
El último monarca de la dinastía Jimena fue Sancho VII el Fuerte que, al no tener descendientes, atrajo a las dinastías ligadas a Francia.
En 1512, el reino de Navarra fue invadido y conquistado por Fernando el Católico.