Es una experiencia en la que el espectador, durante la contemplación, percibe una sensación de satisfacción estética y un sentimiento de asco ante el objeto que producen al espectador los derrames o arrojos de líquidos o sólidos del cuerpo como sangrar, orinar, defecar, vomitar, moquear, menstruar, llorar, sudar, eyacular semen, babear o escupir utilizados como medio de expresión o contenido representado en la obra de arte.