Al soñar, experimentamos muchos deseos y miedos, muchas ansiedades y conflictos, fantasías de odio y destrucción, de amor y posesión, que nunca aceptamos cuando estamos despiertos. Por tales razones, y porque los sueños nos, parecen por completo fantásticos cuando hemos despertado, nos reímos de ellos o los hacemos de lado por considerarlos carentes de sentido. Sin embargo., está, el hecho de que son nuestra creación individual. A veces llegamos a sospecha que, tal vez se encuentre en ellos escondida alguna verdad y nos preguntamos cuál podría ser