Evalúa el riesgo cardiovascular para pacientes con cardiopatía isquémica silente, de tal manera que se considera más adecuado para el paciente anciano. Valora datos clínicos de riesgo cardiovascular (infarto reciente en los últimos seis meses, angina de pecho, edema agudo de pulmón, estenosis aórtica, alteraciones electrocardiográficas), edad (> 70 años), estado médico y tipo de cirugía.
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