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Psicoanálisis y Pediatría Mirna Contreras Bañuelos Evaluación…
Psicoanálisis y Pediatría
Mirna Contreras Bañuelos
Evaluación Psicológica II
Cap. II Evolución de los Instintos
Las diversas etapas.
Las fases de reposo son mudas
Las fases de excitación corresponden a la aparición de pulsiones
Hambre
Libido
Los instintos sexuales pueden diferir su energía en diversas actividades.
Etapa oral
Organización libidinal
Nacimiento al destete
Zona erógena bucal
Placer de la succión
alimentación
autoerotismo
Placer narcisista primario
Pasiva
Morderá todo lo que tenga en la boca
Etapa anal
Edad 1 a 3 años
limpieza
control de esfínteres
Desarrollo neuromuscular
Placer autoerótico masoquista
Componentes sádicos y masoquistas explican perversiones adultas.
Educación = Disciplina social
Etapa fálica
Control total de esfínteres
Curiosidad sexual
Previo al 3er año
Periodo sádico anal
Cuestionamientos
¿De dónde vienen los niños?
¿Cuál es la diferencia entre niña y niño?
Atmósfera afectiva
Fantasías masturbatorias
sadismo = niño
masoquismo = niña
Diferenciación entre insatisfacción y capricho
Descubrimiento de la muerte
Interés y sensibilización
Reducir lo que está animado y lo inanimado
Consciencia de la ausencia sin retorno
animales
seres amados
Cuatro años
En niña y niño se abre una lucha emocional con el juego de matar al padre o a la madre, en donde se fantasea con un matrimonio.
Etapa de latencia
Conocimientos necesarios a la lucha por la vida en todos los planos.
Facultades de sublimación
Represión del interés sexual para permitir una actividad consciente y reconsciente de la personalidad
Catexis arcaicas
Estadio edípico bien trazado
Despertar de la pubertad
Etapa genital
Eclosión de una sexualidad normal o perversa o una neurosis
Aspectos de la pubertad
Primera eyaculación en el muchacho
Flujo menstrual y desarrollo de los pechos en la mujer
Centrar ternura y emociones sexuales
Pensamiento
El buen sentido
Prudencia
Objetividad de la observación
Pensamiento racional
La alegría creadora signa el redescubrimiento de la libido genital nuevamente creadora.
Papel de la sexualidad en el desarrollo de la persona.
Búsqueda hedónica
Pulsión libidinal
No hay vida san sino hay vida sexual sana en un individuo enfermo o neurótico.
Salud sexual
Se mide por la actividad erótica fisiológica del individuo y por su comportamiento afectivo frente al objeto de amor, que se traduce, en su ausencia, por fantasías en las que interviene él.
Educación
Meta
La utilización de la libido del individuo de tal manera que se sienta feliz y que este bienestar subjetivo. armonice con el de los otros e incluso lo favorezca, en lugar de obstaculizarlo.
Conducir al niño hacia la expansión eufórica de todas sus posibilidades afectivas y fisiológicas naturales compatibles con las exigencias físicas y psíquicas de su medio social.
No se llegará a esto aislando al niño para evitar el riesgo de la enfermedad, sino armándolo contra ella.
La tendencia a frotar rítmicamente una parte cualquiera de su cuerpo para la obtención de placer existe en el niño desde los primeros meses de vida.
Las pulsiones y las descargas libidinales no tienen tanta importancia en sí mismas como en virtud de los afectos que engendran.
Importancia de la época fálica en la patogénesis de la neurosis.
Época oral y anal
Renuncia parcial a la satisfacción de pulsiones institntivas
Conquista de amistad con adultos
Libido
Al servicio de las musculatura o de la inteligencia, fisiológicamente aptas para utilizar separada o simultáneamente la agresividad y la pasividad en actividades pragmáticas.
Para el muchacho como para la muchacha, la zona genital se convierte en el centro de interés sexual, sin que por eso se desprenda totalmente de sus antiguas fijaciones eróticas.
Prohibiciones habituales que se hacen a la masturbación.
Prohibición sin explicación
Castigos corporales comunes en la educación tradicional
Amenazas
Enfermedades mutiladoras o mortales
la muerte
Castigo divino
El único argumento válido que es razonable emplear es el del pudor. Que la masturbación sea ostensible o velada, lo importante es que el adulto no se oponga, ni totalmente, n en nombre de falsos principios, para que sea protegido el futuro afectivo del niño.
Cap. III El Complejo de Edipo
Etapa fálica
Posee el yo
Masturbación
aburrimiento
imaginación libre
Magia
Fantasías
Símbolos
Egocentrismo
Angustia de castración
El malestar que el niño experimenta al constatar la ausencia del pene en la niña lo fuerza la escotomizar por de pronto el testimonio de sus sentidos.
Tiene como punto de partida una falsa interpretación de la cuál ningún niño puede escapar, ya que el peligro que inventa está motivado por la fuerza mágica que les atribuye a los adultos y por su inferioridad real respecto a ellos.
Sucede en el yo consciente
Lucha contra la angustia de castración.
Su consecuencia es el nacimiento del complejo de Edipo
Obedece tres fctores
el descubrimiento de la diferencia fálica según los sexos
es el único inmodificable, los otros dos pueden ser reducidos
el poder mágico atribuido a los adultos
una inferioridad general y verdadera ante el adulto
El niño
Lucha contra la angustia de castración, fue favorecido por la naturaleza y esto hace apreciar al niño aún más su pene, el falo le da confianza en sí.
El objeto de amor afectivo es la madre, desea conseguir su afecto tierno y admiración, aunque también del padre pero de manera secundaria
El apego por su madre irá en aumento, las actividades realizadas son animadas por la presencia de su madre, y de su relación con ella depende el tono de sus emociones a través de las que tomará contacto con los nuevos objetos de amor.
El niño piensa que si papá no estuviera, madre e hijo estarían tranquilos, y de ahí salen las fantasías bélicas, agresivas y brutales. La culpabilidad del niño se vuelve creciente debido al funcionamiento del inconsciente.
Si la agresividad hacia el padre llegara a triunfar sobre el plano consciente y en la realidad, el niño nunca podrá identificarse con su padre. La competencia con el padre debería orientarse libremente hacia la conquista de objetos de desplazamiento.
La competencia con el padre despierta angustia de castración.
En cuanto a la resolución del complejo de Edipo, si el niño habiendo renunciado a la fijación erótica con su madre, conserva la necesidad de buscar satisfacciones afectivas de tipo homosexual pasivo, la menor de sus actividades agresivas o simbólicas, asociadas a cosas prohibidas, va siempre acompañada de angustia de castración.
Los niños que no solucionan su complejo de Edipo no llegan a juzgar a su padre tal como es, con defectos y cualidades, amándolo sin despertar la angustia del superyó castrador.
La niña
Se da cuenta de que hay una “cosa” que ella no tiene, a lo cual reacciona celosa y se siente desfavorecida, desea que le crezca. Entra en un periodo de exhibicionismo, desea ser admirada. Al contrario del niño, para ella la castración fálica ya no es una amenaza, es un hecho.
Esto le da seguridad a la niña, ya que la amenaza de castración fálica no tiene efecto, en lugar de ser un peligro para su sexualidad, la expande. Para ella la angustia de castración es peligrosa antes del Edipo, pues puede impedir que se instale normalmente.
En los casos donde la zona vaginal se convierte en el centro de las emociones libidinales de la niña, la niña se trata de identificar cada vez más con la madre, pues hay una identificación por ambición, fantasías de ambición femenina que son una fuente de alegría y no de culpabilidad.
La pulsiones agresivas sublimadas serán utilizadas todas y sus pulsiones pasivas estarán puestas al servicio de la afectividad y deseo de complacer.
Cada día es más coqueta con su padre o un sustituto de padre, pero el complejo de Edipo se muestra menos dramático en ella que en el niño.
Si la madre destruye la confianza que la niña necesita tener en si misma impidiéndole ciertas cosas, le hará pensar que la vida materna es una serie de sufrimientos, y los sentimientos de culpabilidad inconscientes respecto de su madre empujan a la niña a presentar un complejo de castración vaginal patológico.
Cuando en la pubertad sepa que se ha convertido en mujer, la rivalidad con su madre se contrarrestará por una conquista de su libertad de gustos y sublimaciones culturales, ya no temerá la concepción como consecuencia del amor, sino al contrario, y al final podrá convertirse en una igual a su madre.
Hasta después de este periodo conflictivo y sólo si renuncia al egocentrismo para aceptar la participación en el amor genital, podrá alcanzar la oblatividad que caracteriza el estadio genital.
El niño se lanza a la persecución de lo que le atrae (agresivo), mientras que la niña espera (pasivo).
Referencias
Dolto, F., 1974. Psicoanálisis Y Pediatría. 1st ed. México, D.F.: Siglo Veintiuno, pp.23 - 117.