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Función de la médula espinal - Coggle Diagram
Función de la médula espinal
¿Qué es la médula espinal?
La médula espinal es la parte más caudal del sistema nervioso central, empezando en el bulbo raquídeo y terminando en la zona lumbar.
Se trata de la parte inferior del neuroeje, de forma cilíndrica levemente aplanada y asimétrica que, al igual que el cerebro, está fuertemente protegida al estar rodeada por la columna vertebral.
Asimismo, también goza de la protección de las meninges y el líquido cefalorraquídeo, las cuales impiden la mayor parte de daños producidos por los elementos del entorno.
En cierto sentido, es una parte del sistema nervioso que no está totalmente separada anatómicamente del encéfalo, sino que muchos de los elementos que intervienen en este último trabajan a la vez en la médula espinal.
De todos modos, es posible identificar el comienzo de esta estructura justo por debajo del tronco del encéfalo.
Esta parte del sistema nervioso es el punto de conexión entre el cerebro y el resto del organismo, pasando la gran mayoría de fibras nerviosas por la médula.
La transmisión de la información no se da generalmente a través de una única neurona, sino que por norma general, las neuronas que configuran los diferentes nervios del cuerpo hacen una o varias sinapsis intermedias, sea dentro de la propia médula o fuera de ella (como con las neuronas de los ganglios nerviosos).
La médula espinal recibe tanto aferencias como eferencias, es decir, posee tanto neuronas que reciben información de los receptores de los diferentes órganos y estructuras como otras que envían información y órdenes a dichas zonas.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que la médula espinal no es simplemente una especie de conducto por la que viajan nervios de todas las partes del cuerpo en dirección al cerebro y viceversa
Partes de la médula
Se ha podido observar que la médula tiene diferentes conexiones nerviosas que inervan distintas zonas del cuerpo. Sin embargo, puede ser de interés analizar la estructura interna de la médula espinal.
Al igual que en el cerebro, en la médula nos encontramos tanto con sustancia gris como con sustancia blanca. Sin embargo, la disposición es inversa, estando la sustancia blanca situada en una posición externa y la gris en la parte interna de la médula.
Sustancia gris
La sustancia gris tiene esta coloración debido a que se trata de un conjunto de somas o núcleos de neuronas, que proyectan sus axones a otras áreas. Es decir, es en estas zonas donde se acumulan los cuerpos de las neuronas, centros de procesamiento de la información (si bien al no estar en el encéfalo ese procesamiento es muy somero).
La sustancia gris se estructura en diferentes cuernos o astas, siendo las principales el asta ventral, el asta dorsal y la zona intermedia. Existe también el asta lateral, pero únicamente en en la zona torácica y el principio de la lumbar.
El asta dorsal es la encargada de recibir la información de los sistemas inervados por la médula. Dicho de otro modo, es la parte de la médula que se encarga de que la estimulación externa o interna detectada por los receptores pueda ser enviada al encéfalo.
El asta ventral de la médula, al contrario que la dorsal, tiene como principal función la de emitir información a los nervios, haciendo que el organismo reaccione a los estímulos exteriores o interiores. A través de ella se ejerce el movimiento voluntario.
Sustancia blanca
La sustancia blanca está formada principalmente por los axones de las neuronas, interconectando médula y cerebro. Está organizada en diferentes fibras que reciben el nombre de las zonas con las que conectan, pudiendo ser ascendentes o descendentes. Además, esta agrupación de proyecciones de las neuronas es visible a simple vista, sobre todo debido al contraste entre su color más pálido comparado con las partes del sistema nervioso que están a su alrededor (de ahí el nombre de "sustancia blanca").
En la médula se pueden encontrar tres columnas, la dorsal, la lateral y la ventral, y se ven sin necesidad de microscopio. La columna dorsal está principalmente formada por fibras aferentes de tipo somático.
Las columnas ventral y lateral son tractos y fascículos, que tienden a ser de tipo eferente, transportando las órdenes motoras otorgadas por el cerebro, por lo que van "de arriba a abajo".
Así pues, en general la distribución de la sustancia blanca y la sustancia gris de la médula espinal está invertida con respecto a lo que pasa en el encéfalo: mientras que en este último la sustancia blanca predomina en el interior y la gris lo hace en las capas más superficiales, aquí es al revés.
Generalmente la transmisión de la información se da de manera ipsilateral, es decir el lado derecho del cuerpo es tratado por la parte izquierda de la médula espinal mientras que el lado izquierdo se trabaja con la parte derecha.
Funciones de la médula espinal
La importancia de esta parte del sistema nervioso central está fuera de toda duda. Solo hace falta observar los efectos que tienen daños en esta zona para comprender que se trata de una sección fundamental para el funcionamiento habitual.
Y es que la médula espinal es más que el canal a través del cual el cerebro se comunica con el resto del cuerpo; también puede realizar ciertas actividades automatizadas.
Como por ejemplo los arcos reflejos (en los que pasa muy poco tiempo entre la captación de un estímulo y la emisión de una reacción motora, dado que este proceso no pasa por el cerebro, como veremos).
Transmisión de la información sensorial y motora
La médula espinal es el núcleo de relevo de las neuronas y fibras nerviosas presentes en la mayor parte del cuerpo.
Procesamiento de la información
Si bien es en el cerebro donde la estimulación se hace consciente, la médula hace un rápido juicio de la situación con el fin de determinar si únicamente enviar la información al cerebro o provocar una actuación de emergencia incluso antes de que llegue.
Reacción inmediata: reflejos
Como acabamos de ver, en ocasiones la médula espinal produce por sí misma una actuación sin que la información haya sido aún transmitida al cerebro. Estas actuaciones son lo que conocemos como reflejos.
La función de los reflejos es clara: ofrecer una reacción rápida ante situaciones potencialmente peligrosas. Como la información sensorial ya produce una respuesta al llegar a la médula espinal, sin tener que esperar a ser captada por el cerebro, se gana tiempo, algo muy valioso en caso de ataque de un animal o cuando se puede recibir heridas por caída o por quemaduras.