La osificación intramembranosa es el proceso mediante el cual se forman los huesos de membrana como los parietales, frontales, las escamas del occipital y temporal, así como los huesos del viscerocráneo entre los cuales se encuentran la mandíbula, maxilar superior, etc. Tambien la osificación intramembranosa se lleva a cabo directamente en el mesénquima, donde se va a formar el hueso; el primer indicio de este proceso es el aumento de la vascularización en el tejido y la disposición de las células mesenquimáticas alrededor de los vasos sanguíneos, constituyendo el centro primario de osificación y en el esquema que representa la acumulación de las células mesenquimáticas entre los vasos sanguíneos para la formación de huesos de membrana (parietal).
Posteriormente, algunas células mesenquimáticas se convierten en osteoblastos, los cuales son células osteógenas de apariencia fusiforme que producen la matriz osteoide compuesta de colágeno y proteoglucanos.
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