La principal conclusión a la que llegaron tanto los mineros como el equipo de investigación de este proyecto fue que el sistema de voladuras desarrollado a lo largo de los años por los mineros, con la experiencia compartida de la comunidad minera local y el conocimiento empírico de la geología local, ha permitido alcanzar una eficiencia de arrastre del 98%; por otro lado, el sistema de voladura preparado por el contratista y el fabricante de explosivos, basado en métodos científicos y racionales, sin conocimiento previo de la geología local y las interacciones roca-explosivo local, ha alcanzado una eficiencia promedio del 83% en el primer intento, a pesar del método de carga irracional empleado.