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Proceso de duelo en familiares y cuidadores
La perdida de un ser querido es sin duda una de las experiencias mas estresantes y con mayor carga emocional a la que nos tenemos que enfrentar a lo largo de nuestra vida.
El dolor que nos provoca esta pérdida es lo que conocemos como “duelo”.
El duelo es algo habitual en nuestra vida cotidiana
La definición es: la reacción psicológica que se produce ante la pérdida de alguien o algo significativo para nosotros
También se define como: la reacción psicológica natural, normal y esperable, de adaptación a la pérdida de un ser querido que sufren familiares y amigos y que puede manifestarse antes, durante y después de su fallecimiento
Es un proceso único e intransferible.
Tiene una cronología indeterminada.
El duelo no es una enfermedad.
Está condicionado por el entorno sociocultural.
Etapas del duelo
La mayoría de los defensores de estos modelos describen el proceso de duelo en 4 etapas diferenciadas:
Fase de evitación-negación:
Esta fase se caracteriza por una intensa añoranza del fallecido. En esta fase, que suele durar entre 3–4 semanas, se suelen producir episodios de llanto intenso intercalados con períodos de gran ansiedad, tensión y sentimientos de rabia y culpa.
Fase de desesperación-entrega al dolor:
A medida que va pasando el tiempo y se van acabando las ceremonias y los rituales de despedida y las personas de nuestro entorno, que constituyen nuestro apoyo social, se tienen que reincorporar a sus actividades habituales es cuando empezamos a ser conscientes de la magnitud de la pérdida.
Fase de shock:
Comienza en el momento del fallecimiento. El doliente suele encontrarse en una situación de conmoción e incredulidad que se caracteriza por un gran desconcierto, embotamiento emocional y un sentimiento de irrealidad con expresiones, como “esto no puede ser cierto”
Fase de reorganización-recuperación:
A medida que el tiempo pasa y los episodios agudos de pena y desesperación van disminuyendo en frecuencia e intensidad, el doliente empieza a mirar hacia el futuro y a reconstruir su mundo, recuperando poco a poco la esperanza, estructurando el tiempo hacia actividades con proyección de futuro y permitiéndose un progresivo acercamiento a las emociones positivas
Factores de riego
Situacionales:
aluden a las condiciones en que se produce la pérdida, si se produce de forma repentina, después de una larga enfermedad, etc.
Interpersonales:
hacen referencia al tipo de relación que manteníamos con el enfermo, ambivalente, de dependencia, etc.
Personales:
en este apartado podemos englobar todos los factores que tienen que ver con las características de personalidad del doliente, su ajuste y estrategias de afrontamiento.
Institucionalización
En los casos donde se decide delegar los cuidados a una residencia, la tarea de duelo puede verse favorecida u obstaculizada teniendo en cuenta que es sumar otra tarea o proceso
Los cuidadores que están casados con el familiar al que atendían o que tienen una relación más estrecha son quienes peor responden al cambio que supone la institucionalización.
Cuidadores profesionales
Es importante tener en cuenta que en muchas condiciones de desempeño de los cuidadores profesionales pueden existir barreras para la participación en los momentos de gravedad y aproximación de la muerte del enfermo, como pueden ser decisiones exclusivamente médicas, familiares, etc.
Es importante que existan vías para la participación y consideración de estos profesionales a los que las organizaciones de cuidado les pueden llegar a desautorizar el duelo por el mero hecho de no pertenecer al entorno familiar, sin tener en cuenta el vínculo relacional establecido.
Si la función está inclinada hacia las tareas de reconstrucción y existe poca o nula expresión emocional, se puede favorecer la toma de contacto de manera progresiva y respetando el ritmo del doliente
BIBLIOGRAFIA:
A. Pascual, J. Santamaria. (2009). Proceso de duelo en familiares y cuidadores